Luego de 43 años de carrera, El Hijo del Santo pone como su mayor logro el no haberle fallado a su padre, una de las mayores leyendas de la lucha libre mexicana, al engrandecer su legado.
“A veces hablo con él en mi mente, le digo ‘te cumplí, lo hice bien’. Sé que está orgulloso de mí. Es lo que más me satisface”, explicó a EFE el vástago de la leyenda, quien este año pondrá fin a su trayectoria profesional.
Los primeros años de la carrera del portador de la icónica máscara de plata, la más famosa del pancracio de México, fueron duros porque gran parte de los aficionados y la prensa no creían que tendría una gran carrera como su papá.
“Mi papá me dio bonitos consejos y me inculcó que confiara en mí. Él me decía, confía en Dios, en ti y en tu padre, que te está diciendo que sí puedes lograrlo si tú lo quieres hacer. Eso se me quedó en la mente y forjé una carrera a través de ganar campeonatos, cabelleras, máscaras y de viajar a muchos lugares de México y del mundo”.
Fue hasta el fallecimiento de su padre, en febrero de 1984, dos años después de su debut, que convenció a sus críticos, quienes lo arroparon y valoraron su estilo de lucha, diferente al de su progenitor.
“Era un buen luchador, uno completo que sabía luchar a ras de lona, que también hacía cosas espectaculares que el Santo no podía hacer por su peso. Él era peso medio y yo welter, más ligerito, eso me dio la facilidad de ser más ágil y hacer mi propio estilo. Los emocionaba”.
Tomar la decisión de retirarse no fue fácil. En 2013, sufrió una lesión en las cervicales y unas hernias, fue operado, pero un médico le dijo que si no dejaba los encordados podría quedar paralítico.
Una buena rehabilitación lo recuperó y volvió a luchar, sin embargo, el susto hizo que su familia le planteara el retiro.
Y 10 años después, en 2023 tomó la decisión, junto a su familia, de abandonar el ring, hacerlo en plenitud, ya que no se volvió a lesionar, y con la paz de haberle cumplido a El Santo.
“Estoy en paz y tranquilo porque cierro un ciclo de una forma exitosa. No quería irme obligado por una lesión”.
El año pasado, El Hijo del Santo empezó una gira de despedida con funciones por todo México y el extranjero, con dos paradas en Londres. Su siguiente función será el 6 de abril, la segunda y última que hará en Ciudad de México.
Ahí, apostará su máscara ante hasta el momento dos peleadores confirmados, Fuerza Guerrera y L.A. Park, otras de las figuras contemporáneas del pancracio mexicano.
“No debo apostar mi máscara otra vez, el ser humano que está debajo de esta máscara lo dice, pero El Hijo del Santo es necio y no sabe decir que no cuando lo retan. Esto provoca que nos peleemos mucho”.
Una de las noticias de esta gira fue que habrá un tercer portador de la máscara del Santo, el Santo Jr., quien debutó en la primera fecha en Ciudad de México, en junio pasado. Al momento no está claro si después de la gira seguirá su carrera.
“Mi hijo tiene un estilo diferente al mío, es más un peleador porque entrenó taekwondo y artes marciales mixtas, yo soy más luchador. Se entrenó con El Solar y el Dandy, pero por un tiempo prefirió dedicarse a la música, ahora quiso participar en mi gira. Yo quisiera que siga el legado, pero que se haga bien. Respetaré su decisión, si después de la gira decide o no seguir con su carrera”, sentenció.
EFE/ doh