Le negaron la atención y lo mandaron a morir en Veracruz, pero sus amigos lo rescataron

Imagen Le negaron la atención y lo mandaron a morir en Veracruz, pero sus amigos lo rescataron

Por: José de Aquino
Audio:

Ya no hay nada qué hacer, sólo es cuestión de tiempo, fue lo que le dijeron en Capasits Veracruz a José Luis Aranda López y lo mandaron a esperar la muerte.

José Luis, tiene 41 años y hace cuatro le detectaron VIH, sintió que su mundo se derrumbaba.

“A los 37, es terrible, en ese momento se te viene el mundo encima, uno no espera que te digan tienes VIH, te deprimes, te entra pánico, te entra terror, piensas me voy a morir “. 

Parte de su familia le mostró apoyo, pero fueron sus amigos quienes lo rescataron de la muerte.

“Mi familia indiferencia, mis amigos apoyo, cierta parte de mi familia si me apoyó, la otra parte como bueno, ok, simplemente es cómo decir cáncer, pero realmente el apoyo es por parte de mis amigos”. 

Hace algunos meses en el último trimestre de 2023 cuando acudía a recibir su tratamiento, se sentía mal pero el médico no lo atendió, le dijeron que ya no le quedaba tiempo, no habría nada qué hacer.

“Me desahuciaron definitivamente, no me dieron un especifico de vida pero sólo es cuestión de esperar, ya no hay nada qué hacer”. 

José Luis llegó a pesar 30 kilos y lo mandaron a esperar el último suspiro.

“Hace cuatro meses, 30 kilos, bajé mucho de peso, dejé de comer”.

¿Qué tiempo de vida te dieron, te dieron alguno?

“Dije bueno, ok, ya no hay nada más que hacer, lo que tengo que hacer es esperar mi muerte, si ya no hay, a quien acudo”. 

La luz de la esperanza se extinguía y tuvo resignación, pero no contaba con que sus amigos de Soy Humano lo rescataran del fondo.

“¿Cómo obligo a los servicios o a los doctores si no quieren o no pueden?. Entonces me tuvieron que llevar a la Ciudad de México a hacer un último esfuerzo por tratar de salvarme, porque en este caso los médicos ya hacían nada”. 

Llevaron a José Luis al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) en la Ciudad de México.

 “En la Ciudad de México, en aquel entonces utilizo un auxiliar auditivo, me dieron muchos medicamentos, tratamiento, vitaminas, realmente no puedo especificar cuáles eran, pero los doctores de la Ciudad de México del INER, excelentes doctores me salvaron la vida, gracias a ellos estoy aquí”.

José Luis, sigue yendo a sus citas a la Ciudad de México para continuar con su tratamiento, actualmente pesa 48 kilos y sigue en la batalla con el apoyo de sus amigos fieles.

 

Imagen de Anna Shvets tomada de Pexels

da clic