Hoy 2 de diciembre la Iglesia católica celebra a Santa Bibiana y a la Beata Liduina Meneguzzi
Santa Bibiana es de las últimas víctimas de la persecución anticristiana de Julián el Apóstata (361-363). En una Passio Sanctae Bibianae, no anterior al siglo VII, se lee que el gobernador Aproniano, después de haber hecho asesinar a Fausto y a Dafrosa, seguro de poderse adueñar de su patrimonio, trató de obligar a la apostasía a las jóvenes hijas de los mártires.
Bibiana fuera atada a una columna y flagelada; llena de llagas por todo el cuerpo, finalmente la joven mártir entregó su alma a Dios. Echaron su cuerpo a los perros, pero unos cristianos lo rescataron y le dieron sepultura junto a la tumba de sus padres y de la hermana, cerca de su casa, en donde pronto construyeron una capilla y más tarde la actual basílica, sobre el monte Esquilino, en su honor.
La Beata Liduina Meneguzzi nació el 12 de septiembre del 1901 en Giarre, barrio de Abano Terme, provincia de Padua. Perteneció a una familia de modestos campesinos, pero rica en honestidad y fe, valores que la niña asimila desde muy temprana edad, demostrando un vivo espíritu de oración.
Participaba cada día en la Misa aunque tenga que caminar casi dos kilómetros, daba la catequesis. Consagró su vida a Dios tras ingresar en la Congregación de las Hermanas de San Francisco de Sales en la Casa Generalicia de Padua.
En 1937 se fue de misionera a Etiopía, a la ciudad cosmopolita de Dire Dawa, en donde viven gentes de diversas costumbres y religiones, en donde se convirtió en ángel de caridad, cuidando enfermos con ternura e incansable dedicación
Posteriormente, una enfermedad incurable minó su salud, lo cual aceptó con paz y serenidad, sometiéndose a una delicada operación quirúrgica y posteriormente, su salud se complicó enfrentando parálisis intestinal que terminó con su vida el 2 de Diciembre de 1941, a los 40 años de edad, entregada completamente a la voluntad de Dios y ofreciendo su existencia por la paz del mundo.
Los restos mortales de la hermana Liduina, después de 20 años, fueron trasladados en junio de 1961 a Padua, a una capilla de la Casa Generalicia donde devotos y amigos peregrinan a su tumba para invocar su intercesión ante Dios.
Fuente y foto: aciprensa/doh
