En Boca del Río, único municipio en la conurbación con semáforo naranja de riesgo por COVID-19, ya comenzaron a abrir los gimnasios.
La nueva normalidad, ha obligado a los dueños de estos inmuebles ha adoptar medidas extremas de limpieza e higiene.
Los gimnasios, al ser espacios cerrados en los que un gran número de personas utiliza las mismas áreas y aparatos, es imprescindible tener un control máximo para prevenir la enfermedad.
Lilia Bueno, gerente e instructora de conocido gimnasio, explicó que la apertura de los gimnasios incluye activar medidas como, instalación de tapetes de limpieza, colocación de gel antibacterial en diferentes puntos, reducción de los aforos a un 25 por ciento y toma de temperatura al ingresar al lugar.
Para los socios, es imprescindible el lavado constante de manos, uso obligatorio de cubrebocas y/o careta; deberán de portar mínimo dos toallas propias y acatar las medidas como la sana distancia.
Los instructores y trabajadores, deben portar también de manera obligatoria careta y cubrebocas, además mantener las medidas de higiene antes mencionadas.
Aunque el temor de la población por contraer coronavirus es mucha, los propietarios de gimnasios esperan que poco a poco haya más respuesta de los clientes y si el semáforo de riesgos lo permite, puedan ampliar sus servicios poco a poco.
