En Cochabamba, Bolivia, guardan los cadáveres de víctimas del COVID-19 en las casas porque las funerarias están rebasadas y el cementerio más importante de la región está al límite.
Pese a que Cochabamba no es la región con más contagios de ese país, reportan numerosos casos de personas que fallecen en sus casas sin haber sido diagnosticadas, donde mantienen por días los ataúdes con sus cuerpos en espera de que se les tomen una prueba de COVID-19 y que los servicios funerarios tengan tiempo para recogerlos, debido a que se deben cumplir con los protocolos de bioseguridad para el entierro.
Un caso que estremeció a la población fue el de un cuerpo de un hombre de 54 años que murió la tarde del sábado en busca de atención médica y su cuerpo fue hallado este domingo en la vereda de una calle; sus restos fueron envueltos con un plástico negro, permaneciendo en el sitio mientras varias personas pasaban por el lugar.
El hecho desencadenó protestas en exigencia de que retiraran el cuerpo para evitar contagios; su familia presionó a la alcaldía de la ciudad para que les otorgara un permiso para que el cuerpo fuera retirado por un servicio funerario.
Fuente y foto: Excélsior/doh
