El Partido Acción Nacional (PAN) vislumbra "presión política" en las auditorías que realiza el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a los contribuyentes.
El diputado federal, Carlos Valenzuela, afirmó que la titular del organismo, Raquel Buenrostro, descartó "terrorismo fiscal" sino de una nueva "estrategia".
La explicación de la funcionaria fue que ahora el SAT ya no litiga con despachos contables, sino con los directivos de las empresas cuando existen diferencias por el pago de impuestos.
Sin embargo, "pareciera que con este nuevo gobierno de la cuarta transformación, más que ser una herramienta de recaudación es una herramienta de presión política".
Sostuvo que varias de las personas o compañías a las que se les están haciendo auditorías son las que no están "alineadas" de forma directa con la políticas económicas del nuevo gobierno.
"Y por eso nosotros creemos que se pudiera prestar a una presión, a una coacción por parte del gobierno; se puede prestar una coacción para evitar que estas empresas sigan en desacuerdo con las políticas de la cuarta transformación o todavía peor, para evitar que estas empresas se sumen a la oposición en los próximos procesos electorales".
El SAT respondió a los legisladores que "el que nada debe nada teme" un lema que ha tenido la Secretaría de Hacienda y Crédito Público desde hace años.
La petición es que el gobierno ofrezca incentivos fiscales, principalmente al sector restaurantero para generar mayor consumo y reactivar la economía.
