Reloj de 7.8 metros en Bruselas es símbolo turístico y homenaje a Bélgica

Imagen Reloj de 7.8 metros en Bruselas es símbolo turístico y homenaje a Bélgica

A medio camino entre el Palacio Real y la Grand Place de Bruselas, posado en un arco bajo el que transitan diariamente cientos de turistas, un reloj en forma de una gran estrella dorada rinde homenaje a Bélgica, sus provincias y sus habitantes.

El “Carillón del Mont des Arts”, como es conocido en referencia al local donde se encuentra, adorna la fachada del Palacio de la Dinastía.

"Es un elemento positivo en materia de turismo, de visibilidad, de patrimonio", aseguró a Notimex el secretario municipal de Urbanismo y Patrimonio, Geoffroy Coomans de Brachène.

Uno de los once carillones (reloj dotado de campanas) que restan operativos en el país, el reloj ha sido construido en 1965 siguiendo un proyecto del escultor belga Henry Lenaerts.

Circundando una esfera de 7.80 metros de diámetro donde se marcan las horas, los doce brazos de la estrella apuntan cada uno para una estatuilla de 1.2 metros de altura encastrada en la pared del arco, representaciones de personajes que marcaron la historia del país.

Entre ellos Carlos V, el príncipe de Habsburgo, nacido en la ciudad belga de Gand en 1500 y convertido en emperador romano en 1519; el conde de Egmont, sobrino decapitado de Carlos V, quien aparece en el carillón con su propia cabeza en la mano; el pintor Pierre Paul Rubens, que marcó la tradición barroca en Flandes.

Otras estatuillas hacen referencia a diferentes sectores de la sociedad belga: el combatiente de la Revolución Brabanzona de 1790, el tocador de tambor de la antigua colonia belga del Zaire, actual Congo, el obrero, el soldado de las guerras mundiales.

Originalmente, las estatuillas fueron concebidas para salir de su nicho durante algunos segundos al pasaje de la hora correspondiente a cada una.

No obstante, por cuestión de seguridad, hace años que permanecen inmóviles.

El propio reloj ha dejado de funcionar por un largo período, víctima de vandalismo y robo de piezas.

Al final de 2014, luego de varios meses de restauración, ha sido reactivado.

Debajo del reloj-estrella rodeado de estatuillas, se pueden ver once de las 24 campanas que conforman el mecanismo, pesando 3.5 toneladas.

Nueve de ellas están grabadas con sendos blasones de las provincias belgas, mientras que las otras dos simbolizan, respectivamente, el arte y la ciencia.

Otra campana, de 1.46 toneladas, truena sobre el arco del Palacio de la Dinastía al lado de una estatua de bronce de 2.6 metros de altura representando la burguesía de Bruselas.

Obra de Henri van Albada, el “burgués”, vestido conforme la tradición de 1830, es quien anuncia las horas golpeando la campana mayor.

Mientras, las demás campanas suenan, alternativamente, dos canciones folclóricas belgas: una valona (Où peut-on être mieux, de André Grétry) y otra flamenca (Beiaardlied, de Peter Benoit), para preservar la igualdad de trato entre las dos principales regiones del país.

En ocasiones especiales, el carillón reproduce la Brabançonne, el himno nacional de Bélgica.

 

Fuente y foto: Notimex / JAA

Editor: Redacción xeu
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